Durante la celebración de los 40 años de la Universidad de Talca, la Dra. Adriana Bastías fue premiada por el Doctorado en Ciencias, Mención Biología Vegetal y Biotecnología – DBVB (Ex Doctorado en Ciencias con mención en Ingeniería Genética Vegetal).

Adriana fue estudiante del DBVB y su tesis doctoral se titulo “Regulación del metabolismo del fruto del tomate (Solanum lycopersicum) por un factor de transcripción bZip regulado por ácido abcísico”.

La Dra. Bastías es Bioquímico de la Universidad Austral de Chile, diplomada en Innovación y emprendimiento con énfasis en ERNC de la U. Técnica Federico Santa María y en la actualidad es presidenta de la Asociación Red de Investigadoras.

El DBVB aprovecho la instancia para entrevistar a Adriana Bastías sobre su paso por el doctorado y algunos temas de ciencia y género.

Entrevista: 

¿Cuáles fueron sus motivaciones para estudiar el doctorado en la Universidad de Talca?

 En el tiempo que yo postulé, era el único doctorado en el país que mezclaba dos áreas que quería estudiar biología molecular y plantas. Quería seguir estudiando, me había dado cuenta de que quería investigar.

Nos puede indicar su investigación desarrollada y experiencia durante la estadía en el doctorado. ¿Qué mensaje entregaría a las/os interesadas/os en realizar el DBVB?

Durante mi estadía en el doctorado trabajé con factores de transcripción tipo AREB que responden a la fitohormona ácido abscísico (ABA) y su relación con estrés abiótico y también con maduración en frutos de tomate.

Para quienes quieran postular e ingresar al doctorado, creo que es una opción donde te entregan las herramientas para realizar investigación, aprender, insertarte en un buen ambiente y también las posibilidades de realizar pasantías en el extranjero. En mi caso estuve 6 meses en España, en la Universidad Jaime I de Castellón con beca Conicyt y luego estuve 3 meses en el Instituto Max Plack de Alemania.

Aún las mujeres siguen enfrentándose a obstáculos para poder participar con plenitud de igualdad en el área de la ciencia y tecnología. ¿Qué opinión le merece esta circunstancia en su calidad de presidenta de la Red de investigadoras de Chile?

 Las cifras indican que las mujeres dedicadas a la investigación en la academia y las universidades son pocas. A pesar de que, en Chile, las estadísticas muestran que entran más mujeres a la Universidad y se titulan más, a medida que avanzan en su carrera académica van desapareciendo. Además, muchas veces en las universidades van ocupando espacios preferentemente relacionados a la docencia. Esa realidad que enfrentamos como mujeres investigadoras, con casi nula corresponsabilidad de nuestras parejas para quienes somos madres, lo que pone una mochila más pesada de cargar. Además, aquellas que no han sido madres tampoco avanzan a la par de nuestros colegas hombres, lo que muestra que la universidad se creó con la perspectiva masculina. En Chile pasarían más de 200 años para que una mujer ingresara a una universidad. Si bien esto ha cambiado, somos parte de una sociedad machista y patriarcal, y no escapamos a ella como gremio.

¿Usted considera relevante que las/os científicas/os participen de la contingencia política como lo hemos visto en la convención constituyente?

 Creo que es relevante, los y las investigadoras somos parte de la sociedad. Cuando hablamos de una nueva constitución, esta posiblemente rija los destinos del país por 30, 50 o más años, por lo que si hay investigadores/as que quieren aportar desde su experiencia y conocimiento, bienvenidos sean. Creo que, por ejemplo, la Dra. Cristina Dorador a quien conozco como parte de la Red de Investigadoras, tendrá un papel muy relevante en esta constitución, es y será un gran aporte para los debates que se realizan en torno a la Constitución y la generación de conocimientos. Es importante que las políticas y decisiones que se generen sea en base a evidencias.

¿Usted considera que durante el último tiempo se han disminuido las brechas de género en ciencia? ¿Es optimista sobre el acceso de las mujeres a la ciencia?

 Si una mira las estadísticas, lo que observa en el tiempo es una disminución de las brechas de género en ciencias. Siempre es bueno recordar el trabajo de mujeres que estuvieron antes luchando por sus derechos. Ahora, lamentablemente con la pandemia se ha observado un retroceso, y no ha habido acciones concretas de las autoridades con respecto a esto.

Con respecto al acceso de las mujeres en ciencias, si bien es bueno y necesario que ingresen más mujeres, también lo es el generar espacios seguros de desarrollo y terminar con prácticas machistas dentro de las mismas instituciones. Por lo que mi mirada es optimista si todas las personas que forman parte del ecosistema de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación no solo incentivan el ingreso de más mujeres a la investigación, sino también se cuestionan las prácticas en ella.

¿Qué mensaje les enviaría a niñas, niños y jóvenes interesados en desarrollar ciencia en Chile? 

Les diría que si les gusta la investigación y la curiosidad forma parte de su ser, disfruten cuando desarrollan ciencias. Pueden tener una meta clara, pero el camino hacia esa meta debe satisfacerlos de tal manera que cada noche duerman sabiendo que les encanta lo que hacen. Como todo en la vida, se enfrentarán a problemas, desafíos e incertidumbres, pero si el camino te hace feliz, la ciencia y tú recorrerán un camino como compañeras/os durante toda tu vida.